domingo, 28 de julio de 2013

COLUMNA

En 10 Líneas
Por: Pedro Gómez 


  • Trata de Blancas, Secuestro y Prostitución


Alguna vez en un programa de radio de FM Globo Toluca, platiqué con sexoservidoras sobre las causas que las llevaron a buscar ese medio para sobrevivir. La respuesta fue: Por necesidad, porque no tenían otra forma de ganar dinero; Porque de pequeñas fueron  abusadas y ahora viven de ese abuso; Porque les gusta o simplemente porque es la forma que han encontrado de morir. Ellas decidieron vivir así.

Sin embargo, actualmente hay una cantidad enorme de secuestros de mujeres y hombres que son obligados a prostituirse sin importar la edad. Los cuales son llevados a Europa, Asia, Norteamérica o Sudamérica.

La trata de seres humanos crece a nivel mundial sin que pareciera haber freno y es quizá porque al igual que con las drogas, hay un mercado que requiere de carne fresca para alimentar las perversiones de hombres y mujeres que han hecho de un placer enfermo su motivo de vida.

No hablaré de cifras, lo he hecho en columnas anteriores, baste decir que México esta entre los 10 primeros lugares con mayor número de secuestros y muchos de ellos son de menores que serán prostituidos.

¿Qué hace al hombre o mujer, capaz de violar a otro ser humano? Corromperlo hasta el extremo de convertirlo en algo parecido a él ante el abuso. Sólo así el ser humano acepta el comportamiento enfermo como normal, pervirtiendo a otros. Sólo así se explica, que a pesar de los esfuerzos de policía, funcionarios y ciudadanos no logre detenerse el número de secuestros y robos. Es como si parte de la sociedad estuviera involucrada en el tema: Autoridades, medios de comunicación, ciudadanos, familias, que ven sin remedio algo que no deberían aceptar.

El proceso por el cual un ser humano se corrompe es simple. No tiene valores. No tiene amor a su semejante y mucho menos amor a si mismo. Vive de manera egoista como niño que sin freno solo busca su satisfacción, esperando que otros sean como él.

Por eso hay personas que aceptan el robo como normal, siempre han vivido con personas que roban o en una sociedad que roba. Por eso hay adúlteros y adúlteras, porque es costumbre, es aceptado, es emocionante, muchos te invitan a hacerlo, por imitación, por venganza o para que nadie les reclame y la sociedad lo acepta, aunque el precio ha sido la destrucción de la familia. Hoy estamos construyendo una sociedad violenta, donde la familia se esta perdiendo, hasta ex-presidentes justifican la legalización de las drogas, más del 50 por ciento de los nuevos matrimonios se divorciarán, hombres y mujeres son engañados hasta endurecerse y destruir a sus seres más queridos.

Por eso a quien secuestra a otra persona para prostituirla, matarla, quitarle órganos de su cuerpo o divertirse con ella, no le importa. Su necio corazón ha sido entenebrecido y aunque profesan ser sabios y fregones, se han hecho necios.

Pero, México no debe endurecer su corazón y permitir tal muerte y destrucción de valores, vidas y familias. México debe luchar con los hombres y mujeres dispuestos a luchar por lo que vale la pena, por la vida, la familia, los hijos, la pareja, la honestidad, la verdad, el amor, sin dejarse corromper, para tener un mejor lugar en donde vivir.

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