Por: Pedro Gómez
¿Dios existe? De pequeño apenas entre 7 y 10 años mi Padre me
preguntaba eso y le respondía que Dios era algo creado por los hombres para
regular su comportamiento moral en el mundo.
Nunca he sabido de donde salió esa respuesta, lo que si sabía es que
para mi Dios no era nada.
Pasaron los años, aprendí nuevas cosas, estudie mucho y al observar la
naturaleza, los órganos de una célula, la forma en
que trabaja el ojo, las nubes, el sol, la armonía del universo y como todo
funciona sincronizadamente, me negué a creer en el azar como el origen del
universo.
Dios existía, alguien había
ordenado todo. ¿Para qué?
Llego la juventud y me volví
bohemio, recorrí la Opera, las copas de Don Maca, las poncerinas para curar los
excesos, Garibaldi, las cuevas de Acapulco, dormí en las calles, en hoteles, en
los montes, lleve serenata incansablemente, vagué por México conociendo los
rincones más raros del país y milagrosamente, enmedio de tanto exceso y tanta
danza, escuché hablar de Jesús Cristo y le creí.
Al fin tenía un nombre para el
creador de la armonía universal, del hombre y del mundo.
Me arrepentí de muchas cosas
pero comprendí que sin las experiencias vividas y sin los conocimientos
adquiridos no sería el hombre que ahora soy. Para algunos quizá no grato, para
otros un buen amigo.
De Cristo aprendí con su
ejemplo del amor, del perdón, del arrepentimiento para buenas obras. Aprendí
que no soy perfecto, pero tampoco cínico para obligar a las personas a
aceptarme como soy.
Mañana cristianos y no cristianos
recordarán el nacimiento de Jesús, recordarán que hace poco más de 2013 años
camino un hombre sobre la tierra y recibió en su cuerpo latigazos, una corona
de espinas, fue perforado con una lanza y de sus labios sólo salió un Padre,
perdónalos porque no saben lo que hacen...
En esta fecha que es para
hablar del amor encarnado de Cristo, muchas familias se separan, el número de
divorcios que se engendran es el mayor del año, al igual que las muertes por
alcoholismo y los actos de violencia.
Las personas no recuerdan a
Jesús, toman como pretexto la fecha para emborracharse, echarse a la muchacha
que tanto les gustaba, irse de parranda al viaje de fin de año y hacer honor al
mentado maratón Guadalupe-Reyes.
Muchos quizá ya no regresen.
Familias habrá que tal vez no se perdonen. Algunos jóvenes tendrán cosas para
olvidar que deberán cargar toda su vida.
Y me pregunto, ¿Que pensará
Dios de ello? Si Dios existe y no es mentira su sacrificio para dar vida al
hombre y el perdón de todo lo malo que ha hecho. Que pensará de que en el
recuerdo de su nacimiento haya el pretexto más grande para dar rienda suelta
las pasiones, al desamor, al odio, a la violencia, a la falta de perdón.
Mañana o al rato, al festejar
la Navidad, pensemos la razón del festejo, de la cena, de la esposa amada o
esposo amado, del hijo o hija que nos enorgullece, del amigo que siempre
escucha y ayuda, del jefe a quien servimos y aun de la persona que no
conocemos, pero que nos pide ayuda.
Y amemos, demos lo mejor de
nosotros, imitando a Cristo. Demos nuestra vida un día, para tener y dar un
mejor mañana.
Feliz Navidad, les deseo...
Siempre.
pedro_gomez77@hotmail.com
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